CEPRODE tuvo como antecedentes a dos organizaciones sociales. La primera, el Centro de Reflexión del Altiplano (CERA), fue fundada el 24 de marzo de 1970 en Puno por Oscar Almendáriz León, Serafín Calsín Mamani y David Paredes, todos profesores de la Escuela Normal Superior San Juan Bosco. CERA se dedicó durante cinco años a promover reuniones y encuentros educativos y culturales, principalmente enfocados en temas culturales y agropecuarios, dirigidos a jóvenes quechuas y aymaras, estudiantes universitarios, y comuneros del Altiplano de Puno. También publicaron materiales sobre las culturas locales.
En 1975, CERA cambió su nombre a Centro de Estudios y Desarrollo Rural (CEDRU) para enfocarse en los procesos de desarrollo rural y participar en la reforma agraria en Perú. CEDRU ejecutó 37 proyectos y programas de capacitación y desarrollo rural, financiados por la FAO, organismos de cooperación de gobiernos europeos, entidades religiosas, ONGs y colaboradores tanto de Perú como del exterior.
El aprendizaje de esta experiencia resaltó la necesidad de una mayor conciencia sobre los problemas de marginación y pobreza extrema en las comunidades campesinas de Puno, que carecían de mecanismos de participación adecuados para enfrentar los desafíos políticos, socioculturales y económicos de la región.
El Centro de Promoción del Desarrollo y la Educación – CEPRODE se constituyó y fundó en la ciudad de Lima – Perú, el 15 de diciembre de 1994, por los señores: Oscar Almendáriz León, Manuel Arévalo Chong, Salvador Rofes Piñol y Daniel Huerta Sotomayor, como una Asociación civil sin fines de lucro de derecho privado, cuya finalidad fue la siguiente:
a) Promover el desarrollo y la educación, en armonía con los intereses de la población.
b) Animar a los grupos sociales de base en función de las tareas de transformación y el desarrollo nacional.
Nuestra Asociación viene trabajando ininterrumpidamente desde esa fecha en la promoción del desarrollo sostenible, la educación y en los últimos años realizando programas y actividades en los ámbitos de salud, pequeños econegocios artesanales, ciencia, tecnología y ambiente, lucha contra la pobreza extrema, reducción de inquidad y brechas nacionales. Su centro operativo principal actualmente está en la ciudad de Lima - Perú y actúa en el ámbito nacional.
CEPRODE entre diciembre de 1984 inicia actividades en Huaral, Perú.
Desde 1986, CEPRODE estableció su centro operativo en Huaral con instalaciones educativas, una granja de animales menores y campos agrícolas experimentales, gracias a la cooperación internacional.
Se implementaron programas de capacitación en agricultura, pecuaria y producción de alimentos; que impulsaron micro y econegocios familiares, mejorando la nutrición y generando ingresos adicionales.
También promovieron el reciclaje de materia orgánica y la producción de abonos, tecnologías de captación de nieblas y riego por goteo para el desarrollo sostenible y mejora de gestión de los recursos hídricos.
En salud, bajo el liderazgo de la Dra. María Margarita Tokushima Mitsuy, CEPRODE brindó atención médica y odontológica gratuita en Esperanza Alta.
CEPRODE ofreció cursos de capacitación, organizó viajes de estudio y firmó convenios con universidades y entidades locales, como la Universidad Nacional Agraria La Molina y la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, para fortalecer la gestión municipal y el desarrollo rural. Contaron con la colaboración del Fondo Gallego de Cooperación y Solidaridad de Galicia – España.
La escuela de alcaldes dado el inicio de la nueva política pública de desarrollo de planes concertados y presupuestos participativos; donde se capacitó para el desarrollo de planes concertados a 12 municipios y múltiples actividades de consulta con la convocatoria y participación activa de los actores comunitarios y la sociedad civil de cada distrito. Además el intercambio de experiencias con municipios de Galicia, España.
Es así que en los últimos 20 años, CEPRODE intensificó su trabajo en los 12 distritos de Huaral, enfrentando múltiples desafíos, pero continuó luchando contra la pobreza extrema y adaptándose a las nuevas realidades para promover el desarrollo sostenible.
En los últimos años y desde la Pandemia por la
Covid 19; hemos identificado la necesidad de realizar esfuerzos para abordar problemas emergentes o desatendidos de salud pública, como el dengue y las enfermedades raras.
Los altos índices de violencia contra la mujer; superar sus vivencias y promover su inserción laboral de ellas con el desarrollo de capacidades; la falta de cumplimiento de empleabilidad del 8% de mujeres víctimas de violencias en el sector público y privado.
El incumplimiento de la cuota del 1% del los presupuestos municipales en favor de las personas con discapacidad; falta de la empleabilidad obligatoria de personas con discapacidad en el sector público y privado; entre otros desafíos emergentes; nos encontramos ante un cambio institucional y desarrollando proyectos para enfrentar estos problemas sociales, culturales y económicos de población con alta vulnerabilidad muchas veces históricamente desatendida a nivel nacional.
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